En 2021, 51 personas murieron o desaparecieron intentando llegar a Estados Unidos desde América Latina, a través de rutas ilegales. La cifra probablemente es inexacta y menor al número real de víctimas de las redes de tráfico de migrantes que se extienden por todo el continente americano.
Se trata de un negocio rentable y mortal, que se aprovecha de la desesperación de personas vulnerables, que ponen todo lo que tienen en manos de un “coyote”, con la esperanza de encontrar un mejor futuro más al norte. Un anhelo que nunca puede ser asegurado y que algunas veces tiene un desenlace fatal.
En Ecuador, el tráfico de personas es un delito castigado con hasta diez años de cárcel, trece si se trata de niños, niñas, adolescentes o personas en situación de vulnerabilidad, y veinte si resulta en la muerte de la víctima.
La investigación de OpenLab pone el foco en el modo en que las organizaciones criminales utilizan las redes sociales para cometer el delito de tráfico de migrantes, con un enfoque específico en TikTok. Uno de sus principales resultados es la constatación de que no se trata de individuos actuando de forma independiente, sino de redes internacionales que se expresan de diversas formas y que permean también la internet.
Queda ahora por saber qué esfuerzos está realizando el Estado ecuatoriano para detener estas prácticas y proteger a los migrantes.