A principios de los 2000 nació en el mundo un movimiento que promovía la transparencia y facilidad de acceso de las personas a todos los procesos científicos: la Ciencia Abierta. Según Francisco Silva, Cofundador de Openlab Ecuador, la Ciencia Abierta no se trata solamente de la publicación de los resultados, sino de los métodos, datos o software científico. Así, explica Silva, el objetivo es “hacer que la ciencia beneficie realmente a las personas”.
Según la Recomendación para la Ciencia Abierta de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), la Ciencia Abierta “integra en la empresa científica prácticas de reproducibilidad, transparencia, intercambio y colaboración resultantes de la mayor apertura de los contenidos, las herramientas y los procesos científicos”.
Este tipo de prácticas harían que el proceso científico sea una herramienta para que el conocimiento evolucione. Lamentablemente, explica Francisco Silva, estas prácticas se han ido perdiendo debido a los circuitos comerciales que han hecho que la ciencia y la investigación sean un producto y no una herramienta accesible. “La Ciencia Abierta surge como respuesta a este problema, como un esfuerzo para retomar las prácticas naturales, de apertura del proceso científico”, asegura.
En América Latina, desde los años setenta hay indicios de “ciencia participativa”; es decir, ciencia en donde no solo participan científicos. Además, para los años noventa, ya existían grandes iniciativas como ScieLo, Redalyc, Latindex o CLACSO. Estos son ejemplos de bases de datos bibliográficas o repositorios digitales, en donde se encuentran publicaciones de acceso abierto.
La Ciencia Abierta en Ecuador
En Ecuador, la implementación de repositorios digitales de acceso abierto tiene ya una década, explica Francisco Silva. En ellos, se depositan tesis de grado o trabajos de investigación. Actualmente, más del 80% de las universidades del país cuentan con repositorios digitales.
Además, Ecuador es miembro fundador de La Referencia, un gran repositorio regional de acceso abierto.
A nivel nacional, existen normativas que promueven de manera directa o indirecta el acceso abierto, como el Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos (COESCCI), la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), el Reglamento de la LOES y el Reglamento de Régimen Académico. Sin embargo, según el Cofundador de Openlab, aún es necesario armonizar las normativas, “sobre todo respecto al modelo de evaluación de las universidades y escuelas politécnicas”. Estos modelos de evaluación representan una barrera importante para la ciencia abierta, por lo que Ecuador y otros países de la región deben trabajar en ello, asegura Silva.
¿Por qué es importante la Ciencia Abierta en Ecuador?
Muchos de los apremiantes desafíos que enfrenta el mundo en salud, economía, educación o medio ambiente, demandan respuestas rápidas y eficientes. En ese sentido, la Ciencia Abierta podría marcar un punto de inflexión y esto se ha evidenciado —por ejemplo— durante la pandemia.
Durante la pandemia por COVID-19, la comunidad científica logró una respuesta rápida para combatir el emergente virus gracias a los procesos de colaboración y apertura de la ciencia. La UNESCO establece que la Ciencia Abierta puede contribuir a reducir las brechas de ciencia, tecnología e innovación (CTI) que existen tanto entre países, como al interior de ellos.
Los países en desarrollo, como Ecuador, podrían beneficiarse de estos procesos de apertura para acortar estas brechas, desarrollar el conocimiento local y ayudar a solucionar los grandes problemas nacionales.